"Estoy siempre aquí, 24 horas al día. Todo lo que tienes que hacer es llamar por mí y yo vendré"
Soñé que tenia marcada una entrevista con Dios.
-Entre por favor – habló Dios. Entonces, a usted le gustaria entrevistarme?
-Si usted tiene tiempo, le dije yo...
Dios sonrió y habló:
-Mi tiempo es eterno, suficiente para hacer todas las cosas; Qué preguntas usted tiene en mente?
-Que es lo que más le sorprende de la humanidad? Pregunté.
Dios respondió:
Que se aburran de ser niños y querer crecer rápido, para después desear ser niños otra vez.
Que desperdicien la salud para hacer dinero y luego perder dinero para recuperar la salud.
Que piensen ansiosamente sobre el futuro, olvidando el presente y, de esa forma no vivan ni el presente, ni el futuro.
Que vivan como si nunca fuesen a morir y que mueran como si nunca hubiesen vivido.
Enseguida, la mano de Dios aseguró la mia y por un instante quedamos en silencio...
Entonces le pregunté:
- Padre, cuales son las lecciones de vida que desea que sus hijos aprendan?
Con una sonrisa Dios respondió:
Que aprendan que no pueden hacer que nadie los ame. Lo que pueden hacer es dejarse amar.
Que aprendan que lo más valioso no es lo que se tiene en la vida, sino a quien tenemos.
Que aprendan que no es bueno que se comparen unos con los otros. Todos serán juzgados individualmente sobre sus propios méritos.
Que aprendan que una persona rica no es la que tiene más, es la que necesita menos.
Que aprendan que solo se necesitan algunos segundos para abrir profundas heridas en las personas amadas y que es necesario muchos años para curarlas...
Que aprendan a perdonar, practicando el perdón.
Que aprendan que hay personas que los aman mucho, pero simplemente no saben como expresar o demostrar sus sentimientos.
Que aprendan que el dinero puede comprar todo, excepto la felicidad.
Que aprendan que dos personas pueden mirar a la misma cosa y verlas totalmente diferente.
Que aprendan que un amigo verdadero es alguien que sabe todo sobre ti, y le gustas tal como eres.
Que aprendan que no es suficiente ser perdonado, sino lograr perdonarnos a nosotros mismos.
Por un tiempo, permanecí sentado, disfrutando aquel momento.
Le agradecí por su tiempo y por todas las cosas que Él ha hecho por mí. Y me respondió:
Estoy siempre aquí, 24 horas al día. Todo lo que tienes que hacer es llamar por mí y yo vendré. Tu podras olvidar lo que te dije. Podras olvidarte lo que yo hice, pero jamás te olvidarás como te hice sentir con estas palabras...
-Entre por favor – habló Dios. Entonces, a usted le gustaria entrevistarme?
-Si usted tiene tiempo, le dije yo...
Dios sonrió y habló:
-Mi tiempo es eterno, suficiente para hacer todas las cosas; Qué preguntas usted tiene en mente?
-Que es lo que más le sorprende de la humanidad? Pregunté.
Dios respondió:
Que se aburran de ser niños y querer crecer rápido, para después desear ser niños otra vez.
Que desperdicien la salud para hacer dinero y luego perder dinero para recuperar la salud.
Que piensen ansiosamente sobre el futuro, olvidando el presente y, de esa forma no vivan ni el presente, ni el futuro.
Que vivan como si nunca fuesen a morir y que mueran como si nunca hubiesen vivido.
Enseguida, la mano de Dios aseguró la mia y por un instante quedamos en silencio...
Entonces le pregunté:
- Padre, cuales son las lecciones de vida que desea que sus hijos aprendan?
Con una sonrisa Dios respondió:
Que aprendan que no pueden hacer que nadie los ame. Lo que pueden hacer es dejarse amar.
Que aprendan que lo más valioso no es lo que se tiene en la vida, sino a quien tenemos.
Que aprendan que no es bueno que se comparen unos con los otros. Todos serán juzgados individualmente sobre sus propios méritos.
Que aprendan que una persona rica no es la que tiene más, es la que necesita menos.
Que aprendan que solo se necesitan algunos segundos para abrir profundas heridas en las personas amadas y que es necesario muchos años para curarlas...
Que aprendan a perdonar, practicando el perdón.
Que aprendan que hay personas que los aman mucho, pero simplemente no saben como expresar o demostrar sus sentimientos.
Que aprendan que el dinero puede comprar todo, excepto la felicidad.
Que aprendan que dos personas pueden mirar a la misma cosa y verlas totalmente diferente.
Que aprendan que un amigo verdadero es alguien que sabe todo sobre ti, y le gustas tal como eres.
Que aprendan que no es suficiente ser perdonado, sino lograr perdonarnos a nosotros mismos.
Por un tiempo, permanecí sentado, disfrutando aquel momento.
Le agradecí por su tiempo y por todas las cosas que Él ha hecho por mí. Y me respondió:
Estoy siempre aquí, 24 horas al día. Todo lo que tienes que hacer es llamar por mí y yo vendré. Tu podras olvidar lo que te dije. Podras olvidarte lo que yo hice, pero jamás te olvidarás como te hice sentir con estas palabras...
Gentileza, Pedro Pisan
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